junio 15, 2011

Propiedades y elementos nutritivos del alpiste

• Poseen una potente capacidad de recarga enzimática. • Excelente fuente de antioxidantes, los cuales previenen el envejecimiento y el desgaste prematuro de la piel.• De gran contenido en proteínas vegetales.• Las enzimas de esta maravillosa semillita son remedio natural ideal para desinflamar órganos internos como el hígado, los riñones y el páncreas: el alpiste en un regenerador pancreático muy poderoso, por lo que• Ayuda notablemente a erradicar diabetes (en muy poco tiempo), además• Elimina la cirrosis al aumentar el conteo de hepatocitos del hígado y de paso, claro, lo desinflama.• Recarga los riñones de enzimas, ayuda a eliminar exceso de líquidos.• Previene arteriosclerosis.• Ayuda en casos de gota, edemas, gastritis y úlceras de estómago.• Ideal para combatir la hipertensión.•Contiene lipasa, una enzima que ayuda a depurar grasas nocivas en las venas, arterias, o simplemente de los depósitos de grasa, por lo que sirve para como un remedio extraordinario contra la obesidad, celulitis, abdomen abultado, etcétera.•Aporta tono muscular.•Es un muy buen aperitivo.• Ayuda a quemar grasas, disminuye colesterol. Muy buen alimento para dietas de control de peso o para bajar colesterol.• Tiene propiedades emolientes.• Un gran remedio para afecciones de riñones y vejiga (cistisis), ya que mata bacterias en las vías urinarias• Refrescante.







Se destaca por su acción hipolipemiante (reduce grasas en sangre) y demulcente (antiinflamatoria). Sencilla y deliciosa como cualquier horchata (leche vegetal), vamos ya a su preparación.



Ingredientes
  1. Semillas de alpiste…………. 6 cucharadas
  2. Agua confiable……………... 1 litro
  3. Miel………………………….. 2 cucharadas
  4. Sal marina………………….. una pizquita
  5. Esencia nat. de vainilla…… unas cuantas gotas
Elaboración
  1. Dejar en remojo las semillas de alpiste por 24 horas.
  2. Ponerlas en la licuadora con medio litro de agua, y licuar por término generoso de tiempo. Si disponemos del cilindro central-filtrador, desde ya pondremos en él agua y semillas. Caso contrario, usaremos un colador de malla fina, para separar parte solida de líquida.
  3. Una vez que nos deshicimos del remanente sólido, ponemosen nuestra licuadora el líqudo resultante más: el medio litro restante de agua, miel,sal,vainilla y si deseamos una pizca de canela(opcional). Volvemos a licuar uns 30 segundos mínimo.
  4. Guardar en heladera en envase de vidrio preferentemente. Muy posiblemente dure más, pero dado que mi experiencia se limita a dos días,no puedo recomendar algo que no probé. Recordemos que la miel tiene propiedades conservantes.
Nivel terapéutico
  1. Tiene valiosísimas enzimas antiinflamatorias.
  2. Ayuda a reducir colesterol en sangre.
  3. Diurético.
  4. Trabaja activamente sobre las funciones hepáticas y pancreáticas.
Por todo esto se recomienda en casos de: hiperuricemia, gota, hipertensión arterial, edemas, sobrepeso, gastritis y úlceras.

Recomendaciones:

  • Es Muy importante lavar las semillas de alpiste para evitar cualquier suciedad que puedan traer.
  • No agregue azúcar a esta agua de alpiste (por la acidez que genera la azúcar, destruye a las enzimas)
  • Puede intentar agregar una ramita de canela y algunos granos de cardamomo desde el remojo y licuar junto con el alpiste, el sabor le puede agradar mas además de agregar propiedades antioxidantes y adelgazantes (por la canela), asi como de regulación del metabolismo (por el cardamomo)

junio 12, 2011

La artritis, curable

Para muchos, Manuel Lezaeta Acharán es el mayor naturópata chileno. Para este hombre, nacido en 1881 y seguidor del legendario Padre Tadeo, la artritis se puede curar mediante un régimen purificador de frutas o ensaladas crudas mientras se está con dolores. Si la zona del dolor está fría, recomienda aplicar saquitos calientes de semillas de pasto y miel. Y si está caliente, compresas frías de barro fresco. “Si guarda cama, el enfermo se aplicará seis u ocho frotaciones de agua fría a todo el cuerpo cada día. En la noche, barro sobre todo el vientre y parte afectada si ésta se presenta caliente”, dice Lezaeta en su libro “La Medicina al alcance de todos”.




El decálogo de Lezaeta señala que lo primero es respirar aire puro; comer exclusivamente productos naturales; ser sobrios; beber únicamente agua natural; tener suma limpieza en todo; dominar las pasiones procurando la mayor castidad; no estar jamás ociosos; descansar y dormir sólo lo necesario; vestir sencillamente y con holgura; cultivar las virtudes y procurar estar siempre alegres.

junio 02, 2011

Entrevista a Ghislaine Lactot, autora del libro La mafia médica

Entrevista realizada por Victor-M.Amela a Ghislaine Lactot, ex médica y autora del libro "La mafia médica", en el que cuestiona el sistema médico actual.

Nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.

Estoy gripiento, ¿qué me receta?

–Nada.

¿Ni un poquito de Frenadol?

-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.


Pero, ¿me meto en la cama o no?

–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!

¡A los virus les da igual lo que yo crea!

–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”.


Pues sí, como todos...

–Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...

¿Se ha “regalado” una gripe, dice?

–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.

Pero nadie desea una enfermedad...

–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!

Quizá sea más práctica una pastillita...

–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.

No me dirá ahora que la medicina mata...

–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.

Morirían igual sin medicamentos, oiga.

–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.

¿Medicina de enfermedad? Acláremelo...

–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.

Prefiere medicinas alternativas, pues...

–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!)acupuntura,fitoterapia,reflexoterapia, masoterapia...la practica del yoga..la meditacion .. Son más baratas...y menos peligrosas.

Pero no te salvan de un cáncer.

–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?

Puede hacerlo, sí.

–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones...

¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué?

Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!

Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?

–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...

Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.

–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.

Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.

–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?

Les he hecho inyectar ya varias...

–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!

Yo creo que seguiré vacunándolos...

–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...

¿Por qué abominó usted de la medicina?

–Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.

O sea, ya no puede usted recetar...

–¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!

¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?

–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!

No escoge usted enemigos pequeños...

–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.

¿Cuál ha sido su última enfermedad?

–Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!

Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?

–Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!

Pero se pasa mal, ¿eh...?

–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú.

¡Tú eres dios!