marzo 11, 2011

Entrevista a Bruce H. Lipton, fragmento

La Epigenética Nos Da una Nueva Respuesta Muy Alentadora


J.P.- Cuando hablamos de biología indefectiblemente nos viene a la mente el tema “salud.” ¿Cómo podemos vivir una vida sana sin tener que estar combatiendo enfermedades constantemente, tanto físicas como psicológicas?.


B.H.L.- En el tema de salud, hay una analogía que me gusta usar que es la del automóvil con palanca de cambios. Supongamos que yo le vendo a alguien un auto con palanca de cambios y la persona que me compra el auto siempre manejó autos automáticos o sea que no tiene idea de cómo usar el embrague y la palanca de cambios.


Obviamente cuando arranque el auto y ponga “primera”, éste no va a moverse en forma automática, sino que dependerá del uso del embrague. Como el conductor en este caso no tiene idea de cómo funciona, el auto andará a los saltos, se parará el motor, harán ruido los engranajes de las marchas, etc. Después de dos semanas de maltratar al auto, la transmisión dejará de funcionar y habrá que llevar el vehículo al mecánico.


El mecánico (médico) mira el auto (enfermo) y dice:

“hay que cambiar el embrague (medicina) porque está roto (diagnóstico)”.

En ningún momento se le ocurre preguntarle al conductor cómo usa el embrague y la palanca de cambio (medicina preventiva). Pasan dos semanas y nuevamente, debido al mal uso del auto, el embrague se vuelve a romper y nuevamente hay que llevarlo al mecánico, quien dice que hay que cambiar el embrague y sin saber qué es lo que lo causa, el mecánico determina que es una falla de fábrica del auto (enfermedad crónica).


De ahora en más el auto tiene que ser reparado cada dos semanas (medicación de por vida).


El problema es el siguiente, si le enseñan a la persona como usar el embrague, éste no se volverá a romper, pero al mismo tiempo no le van a poder vender más embragues (laboratorios farmacéuticos). La analogía es la siguiente, el 90% de las enfermedades del corazón son ocasionadas por la falta de cuidado del paciente (o sea el conductor del vehículo).


¿Y qué nos dice el médico?:

“usted tiene un corazón débil, tiene las arterias tapadas, la presión alta… y éstos son los medicamentos que tiene que tomar para poder seguir funcionando,” pero nadie le enseña al paciente cómo ser un buen conductor de su propio vehículo, no es un buen negocio.

Pero hay un médico que conozco que se llama Dean Ornish quien en vez de prescribir medicamentos, enseña al paciente como conducir su propio vehículo y la diferencia en los resultados es enorme.


En la medicina convencional, si le dan al paciente drogas y logran parar la enfermedad, lo llaman éxito. Dean dejó de darles a los pacientes drogas y no sólo la enfermedad desapareció sino que se regeneraron los órganos que estaban afectados. Esto normalmente no pasa en la medicina convencional.


Pero lo más triste del caso es algo que dijo Dean en televisión:

“Si hubiera usado drogas para curar y recuperar la salud total de mis pacientes, otros médicos hubieran seguido mis pasos y hubieran usado las mismas drogas que yo, pero como no usé ninguna droga, nadie habló del tema ni se interesó por saber cómo es que funcionó así.”

El problema es que la medicina está manejada por las compañías farmacéuticas y enseñarle a la gente como funciona su propio cuerpo es un mal negocio.


J.P.- Usted menciona en su libro que la epigenética está sacando a la luz nuevas complejidades en relación a la naturaleza de las enfermedades, incluyendo el cáncer y la esquizofrenia. ¿Podría aclarar ese concepto?


B.H.L.- Básicamente la vieja creencia dice que genes defectuosos generan enfermedades. En la actualidad sabemos que la epigenética modifica la lectura del gen.


La epigenética puede modificar el gen y crear 30.000 variaciones diferentes del mismo gen. Lo que significa que uno puede venir con un buen gen y crear una variación que es mutante o puedes venir con una variación mutante de un gen y crear una variación que es saludable.


O sea que en la vieja versión nosotros somos los genes, pero en la nueva versión “nosotros somos el resultado de lo que escribamos en nuestros genes.”


Con esto quiero decir que la mayoría de los diferentes tipos de cáncer son epigenéticos, las personas no traían genes malos, fue su estilo de vida y su conducta lo que causó que los genes se leyeran en forma defectiva porque modificaron su lectura influenciados por la epigenética, pero en forma negativa.


O sea que podemos causar un cáncer con nuestra forma de vida, como también podemos curar un cáncer con nuestra forma de vida cambiando nuestro programa. La diferencia está en que si los genes nos controlan, como dice la vieja teoría, entonces somos víctimas porque no los elegimos y no los podemos cambiar. Cuando nos enteramos que alguien en nuestra familia tuvo cáncer, inmediatamente pensamos que vamos a tener cáncer.


La nueva ciencia nos dice que tenemos un grupo de genes programados pero podemos reescribir lo que nosotros queramos y si estamos en el medio ambiente correcto y tenemos el apoyo correcto, podemos tener genes mutantes, reescribirlos y convertirlos en normales. Pero la situación que la mayoría de la gente está experimentando es que vinieron con genes normales y terminaron alterándolos con su estilo de vida creando una lectura negativa de los mismos.


A la vez manifiestan una realidad negativa basada en la visión negativa que tienen.


J.P.- Es como en el caso de alguien que tiene un padre diabético o una madre con cáncer o que sufrió un ataque al corazón y piensa todo el tiempo que le va a pasar a él también porque lo asocia con algo hereditario.


B.H.L.- Exactamente, la creencia es la que genera las enfermedades y la profesión médica promueve también lo mismo, con lo cual lo hace aun más grave porque ahora lo está diciendo un profesional, ya no es más una idea del paciente. A muy temprana edad hemos aprendido que lo que un profesional nos dice, como en el caso de un médico, es verdad, sin cuestionarlo.


Entrevista completa en: bibliotecapleyades